El Fin de la Agilidad

Parte 1: Grunge

Kurt Cobain

Come as you are, as you were
– Kurt Cobain

Recuerdo el día que Kurt Cobain murió, escuché en la radio sobre su muerte, estaba con algunos amigos y socios de la empresa en que trabajaba.

Era abril de 1994, y estábamos trabajando en un proyecto para el servicio de impuestos internos.Me gustaba Nirvana, toda la onda del grunge en general, Alice in Chains, Pearl Jam, etc. Esa tarde nos impactó la noticia, porque Cobain no sólo era una estrella del rock independiente, además, era un joven como de nuestra edad.

Por otro lado yo, en cierta manera, sentía que nosotros en nuestra pequeña empresa de desarrollo de software, también éramos una banda de indie rock.

Ignoro si puedo hablar sobre el sistema que construíamos en esa época, sólo diré que con mis socios implementamos una tecnología bastante innovadora para ese tiempo. De muchos modos era una solución grunge.

El grunge parece simple, en términos musicales. Su postura trataba de alejarse del estilo del rock y pop más comercial. La idea era volver a lo básico. El amplificador muy, la batería tocada con mucha rapidez y fuerza, junto a un un cantante con una voz desgarrada, casi gritando. Y por supuesto letras depresivas, desencantadas, con algo de denuncia por la alienación social imperante. El grunge rescata mucho del punk, y el heavy metal inicial, del rock de protesta de Neil Young, o de las primeras canciones melancólicas de David Bowie. 

En esa época escuchábamos buena música mientras trabajamos, nos turnábamos para colocar pistas, teníamos un computador con un CD y unos buenos parlantes, para que se escuchara en toda la oficina. Escuchábamos casi de todo, pero principalmente rock. Nuestros cliente eran empresas de apoyo al giro bancario, o algunos servicios del estado, también éramos sub contratistas de empresas más grandes.

Por sobre todo queríamos nuestra independencia. Nuestras guitarras y baterías eran algoritmos escritos en C, o C++. Usábamos Linux, cuando casi ninguno de nuestros clientes sabía qué existía. No es que fuéramos especialmente idealistas del opensource, la verdad era una posición más pragmática. Nos salía más barato que instalar SCO, Solaris o AIX. Fue recién cuando logramos un importante contrato con una telco que pudimos comprar una Sun Spark, y allí instalamos Oracle. Nuestros PC tenían DOS, Windows For Workgroup y Linux (con el tiempo empecé a usar Ygdrassill, pero es casi seguro que instaláramos Slackware, para los frikis interesados en esos detalles).

Esa solución, en la que trabajábamos en abril de 1994, para el servicio de impuestos internos, era rara para los estándares de esa institución. Recién en esa época estaban migrando a Oracle y tenían con una enorme cantidad de código Legacy en Cobol. Como nuestro proceso estaba escrito en C y no usaba ninguna base de datos, fue difícil que lo adoptaran. Incluso escribimos un pequeño lenguaje de dominio específico que simulaba la sintaxis de Cobol, para facilitar la adopción. Pero aún así hubo reticencia para usarlo después. No nos volvieron a llamar. Después de todo, era más confiable usar Oracle que esa solución grunge escrita por unos hackers que apenas sobrevivían en una pequeña empresa. 

Pero entregamos nuestra solución a tiempo, y funcionó muy bien, demasiado bien. Sospecho que nunca habían visto algo que resolviera ese problema en particular de un modo tan rápido.

Hacíamos cosas así en Enfasis, que era el nombre de esta pequeña empresa. No recuerdo si era socio en 1994, pero con el  tiempo me invitaron a serlo. 

Recuerdo que una vez desarrollamos un compilador SLR que permitía traducir documentos EDI a XML, o HTML. También diseñamos soluciones criptográficas para la banca y otros clientes que no sé si puedo mencionar (no quiero hombres de negro golpeando mi puerta). También implementamos muchos proyectos SCADA, sobre eso he escrito algo antes.

Una de las gracias de esa pequeña empresa es que cada diseño era discutido por todos los socios, recuerdo a Marco y Ricardo con sus puchos haciendo preguntas difíciles, y discutiendo entre ellos. O a Rodrigo que presentaba sus argumentos frente a la pantalla escribiendo código. A Jorge, que prefería mostrar una prueba de concepto. Todos me miraban raro cuando escribía las propuestas a los clientes en LaTeX, y escribía mi código usando CTangle y CWEB. Eramos jóvenes, inteligentes, arriesgados e innovadores.

Unos cinco o seis años después, en 1999 o 2000, junto con Ricardo desarrollamos un software para la Cámara de Comercio, que permitió reducir un proceso que tomaba toda una noche a minutos, un software que aún en 2015 seguía siendo utilizado, como pude constatar (sospecho que sigue en producción).

Estoy orgulloso de esa época, porque hacíamos soluciones que estaban bien pensadas, estaban validadas por muchas cabezas, testeadas a nivel teórico y práctico.

Fue en esa empresa en que empecé a experimentar con Extreme Programming. Cada cierto tiempo exponíamos internamente sobre alguna tecnología. Recuerdo que presenté una propuesta (probablemente a fines del 97 o en el 98) a un cliente en que nos exigían describir nuestra metodología de trabajo, o proponer una. En esa propuesta incluí un diagrama como este:

Cuando leí sobre XP, me di cuenta que hacíamos mucho de XP sin darnos cuenta. Así que se lo expliqué al equipo con qué consistía y tratamos de implementarla.

Pero la innovación y la inteligencia y maestría individual no son suficientes ni garantizan nada. Tuvimos varios problemas de gestión comercial, y administración de proyectos. Quizás éramos demasiado innovadores, aparte de perfeccionistas. También nos sobre vendimos muchas veces. Nos faltaba experiencia para administrar una empresa de desarrollo de software. No todo es sobre habilidades técnicas individuales.

Ganábamos dinero, pero había que pagar cuentas, sueldos de los empleados, y los socios no estábamos satisfechos con nuestros ingresos. Yo además estaba endeudado, había fracasado en mi primer matrimonio y no estaba entusiasmado con lo que hacía. 

Jorge, uno de mis ex clientes se convirtió en gerente de operaciones de la Cámara de Comercio y me invitó a unirme a su equipo. Los días del grunge habían terminado...

El resto de los capítulos:

Segunda parte

Tercera parte

Cuarta parte

Quinta parte

Sexta parte

Séptima parte

Octava parte

Novena parte

Décima parte

Undécima parte

Duodécima parte

Autor

Ingeniero, autor, emprendedor y apasionado programador. Mantengo este blog desde 2005.

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